domingo, 22 de marzo de 2015

"The Frog in the Well"

Este comentario trata sobre la enseñanza que nos transmite Zhuang-Zi por medio del relato titulado “La rana en el pozo”. Narra la historia de una rana que vivía felizmente en un pozo, porque consideraba que tenía espacio de sobra para vivir a gusto, ella le explica a una tortuga que pasaba por allí los motivos de su dicha. La tortuga permaneció escuchando los argumentos de la rana. Sin embargo, cuando esta le ruega al reptil que se adentre en su hogar, la tortuga comprueba que el pozo es un espacio demasiado estrecho para ella, por lo que esta comienza a hablarle del Mar del Este como ejemplo de algo que, realmente, es grande, aunque la tortuga acaba diciendo que el pozo es nada en comparación con el Mar del Este, por lo que igualmente se le podría revelar el mismo tipo de argumento a la tortuga respecto de su afirmación de algo grande. Habla del tamaño con respecto a otra cosa. De modo que adecuado a la enseñanza final de Zhuang-Zi, a saber, que la sabiduría, al igual que puede hacernos buenos, también puedo hacernos pequeños, por el hecho de que nos limitemos a considerar bueno sólo lo conocido, lo que en psicología se ha denominado zona de confort.
Creo que se pueden hacer múltiples interpretaciones del texto, es decir, la enseñanza de la historia puede enfocarse hacia distintos aspectos. En primer lugar yo destacaría la incitación de Zhuang-Zi de ir más allá de nuestro conocimiento, es decir, de ir más allá de lo conocido, aventura que suele producir rechazo porque lo desconocido nos da miedo, entre otros motivos, porque no tenemos el control de la situación, al menos al principio, cuando en realidad se trata de ejercer un control sobre nosotros mismos, un control de nuestras pasiones que, a fin de cuentas son generadas por cada uno. Los budistas afirman que la vida es sufrimiento pero que el sentir dolor es opcional, esto es, si dejamos que el sufrimiento nos envuelva acabaremos sintiendo dolor, del mismo modo que si dejamos que el miedo se apodere de nosotros, entonces nos llevará a encerrarnos en un pequeño espacio en el que nos sintamos seguros, dejando en una habitación oscura y con llave a la “vida”.
Otro de los enfoques que he contemplado ha sido el de que la sabiduría puede volvernos arrogantes, creyéndonos que tenemos la última verdad sobre todo, cada uno desde su propia perspectiva, lo cual nos acaba conduciendo a la pura ignorancia, porque no hay mayor ignorancia que la del individuo que se considera sabio a sí mismo, ya que ello nos conduce a oír y, en rara ocasión, escuchar al adversario únicamente para rebatir su idea, en vez de escuchar para comprender y así, de este modo, aumentar nuestra sabiduría , ampliando nuestra forma de contemplar el mundo. Él auténtico sabio es aquel que es capaz de respetar las ideas de otras personas y, solamente, ofrece su conocimiento como una perspectiva más, ni mejor ni peor, simplemente distinta. La idea de Zhuang-Zi la podemos ver plasmada en la figura clásica de Sócrates, quien afirmaba que sólo sabía que no sabía nada. Este personaje histórico se valía del método conocido como mayéutica para revelar al adversario, a través de simples preguntas, la verdad o falsedad de sus afirmaciones.
La figura del sabio es descrita por Platón en la “Apología de Sócrates” como aquél que no sabe nada y que, además, no cree saberlo. Con esto Platón, por medio de la figura de Sócrates, viene a decirnos que el más sabio de todos es aquél que reconoce su propia ignorancia. Al revelarse de este modo la figura del sabio, este estará siempre dispuesto a escuchar a otros para acabar con su ignorancia, pero no aceptará cualquier posicionamiento.

Zhuang-Zi - "The music of the nature"

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