domingo, 22 de marzo de 2015

Among white clouds: un acercamiento al pensamiento budista.

Among white clouds es un documental que nos invita a sumergirnos en el pensamiento budista, conociendo de primera mano a algunos de sus maestros ermitaños actuales. El joven que los entrevista convive, aprende y trata de seguir sus costumbres,  iniciando así, su propio viaje hacia el autodescubrimiento.
Inicialmente seguimos la vida y pensamiento del que será su maestro, quien, con sus primeras palabras ya da cuenta de su inmensa sabiduría. Su forma de ver la vida es sencilla, sus motivos, como los del resto de monjes para adoptar este estilo de vida, son cuasi irrelevantes. Su atención se centra en vivir, pero haciéndolo tan en paz cómo le es posible. Si hay un rasgo destacable de todos los maestros y monjes que se nos presentan es su perenme afabilidad. Son personas radiantes, felices. No les preocupa pasar frío, pasar hambre. Se sienten en paz. “Todos podemos ser Buda”, afirmó una de ellos.
Su acento se centra en el disfrute de las pequeñas cosas, en hacer las cosas con sentimiento, pero no la clase de sentimiento apasionado más propio de los placeres mundanos: “Cuando trabajes, no pienses en ello, solo trabaja. [..], pon tu corazón en ello.”. Estas son las palabras de este primer maestro con el que tomamos contacto.
El segundo de ellos, convive con otro de los monjes de esta pequeña comunidad de sabios, pero insiste en que cada uno se ocupa de sus propias tareas y aficiones. Su compañía no entorpece sus meditaciones.
Estas reflexiones son especialmente representativas de lo que implica la religión budista y su credo. La paz no está en los placeres que nos aporta la complicada vida común. La paz que buscan los budistas, se aleja de esa sed. Reconocen la vida como una constante fuente de sufrimiento, del cual es mejor distanciarse, esta fase de reconocimiento es llamada “Duhka”.
El trabajo, las relaciones interpersonales, la sociedad y sus ruidos y sus problemas, no son nada real. Cualquier preocupación, es una ilusión. Es fruto de un delirio imprudente, la única verdad tangible es el propio yo, pero no como una identificación absoluta o hegeliana. Se trata de un yo plural que no se ocupa de ambiciones egoístas. Es un yo en contacto con la naturaleza, un yo que fluye en todas direcciones, un ser conectado con el todo.
A las preguntas inquisitivas sobre la sabiduría, uno de los monjes responde con especial mofa en una serie de versos que entrega al joven aprendiz occidental: “Diez mil cosas hay, todas en este aliento, intentando agarrar el vacío, cuando en realidad no hay nada que decir”.
Estos, versos, elocuentemente, dejan ver con total transparencia la esencia del pensamiento que empuja a estos monjes a adoptar este estilo de vida.
¿Para qué preocuparse de problemas banales, si al final se desvanecen en la nada? Gastamos nuestra vida inmersos en este tipo de abstracciones que finalmente no nos llevan a nada, que únicamente nos transportan al mismo y viciado punto de partida.
Nos alimentamos de angustias constantes, y todo para tener el mismo final, y sin haber disfrutado tanto como la vida puede llegar a ofrecer.
Evidentemente, hay un muro cultural que nos impide aprehender los fundamentos y principios que puedan empujarnos a seguir el mismo estilo de vida. Pero quizá no sea absolutamente necesario seguir el ejemplo de estos sabios monjes para llevar una vida más sabia y feliz. Quizá simplemente, podemos aprender a vivir con menos, a dejar a un lado la dependencia de muchas pertenencias materiales que probablemente no necesitemos, y centrarnos en la búsqueda de un conocimiento más profundo de nosotros mismos, dejar a un lado nuestro ego, y convivir en paz y armonía con los otros. Quizá podamos arrancar un pedacito de la sabiduría a la que nos invitan estos monjes con su ejemplo. El trabajo, el esfuerzo, la meditación, la convivencia pacífica con otros respetando los espacios propios, quizás estas sean cosas que si podamos extrapolar a nuestro comportamiento . Quizás, esta sea una vía más cercana al superhombre al que aspiraba Nietzsche, al hombre mejor y desenrraizado de rencor y sufrimiento. Al hombre que solo puede mejorar el mundo con su ejemplo, un ser que se mejora a sí mismo, y lo hace alejándose de cualquier ley baja que desprecie la vida, si bien es una analogía más propia del hedonismo que del  ascetismo más cercano al budismo, pudiera ser una forma de entender y aunar ambas culturas, oriente y occidente, en una más cercana a nuestra forma de entender la vida, pero sin los excesos que la han viciado. 



Bibliografia:
Among white clouds: https://www.youtube.com/watch?v=FumyvVOVbaY
Budismo: http://es.wikipedia.org/wiki/Budismo
Deleuze: Nietzsche y la filosofía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario