En la historia de Zhuang Zi “El peligro del conocimiento” comienza haciendo una distinción entre vida y
conocimiento, atribuyendo a cada uno las características de limitado e
ilimitado respectivamente. Dedicar toda una vida a intentar alcanzar el
conocimiento es una tarea ardua. El planteamiento es que intentar abarcar
durante la vida, que es perenne, el conocimiento resultaría absurdo porque no
sería posible conseguir lo ilimitado por medio de lo limitado. Dar una
vida entera por el conocimiento es una carrera a contrarreloj siempre hacia el
horizonte. Además, tener la arrogancia para pensar que, incluso sabiendo que no
es tarea fácil, somos capaces de tenerlo y que saber esto nos otorga una mejor
posición intelectual es incluso más peligroso. El conocimiento puede ser una
herramienta para tratar con el mundo pero ni mucho menos se trata de quedar en
este estadio de observación, la persecución del conocimiento no debe ser una
forma de vida. Podemos conocer e ir aprendiendo pero que esto no sea una
atadura o un sacrificio. Relaciona al conocimiento con la naturaleza, como si
en ella misma se hallaran los principios, pero hay que dejar fluir a la
naturaleza y que emerja, no hay que ejercer presión en nosotros ni en estos
principios. Hay que entender, no quedarnos con lecciones banales pero
tampoco tener sed constante de saber para amontonar más y más en un
baúl de la memoria porque de la naturaleza misma también se aprende. Hay
una resignación a quedarnos sentados en la vida teorética, invita a conocer
también la vida práctica y a saborear esos principios y conocimientos desde
este plano. Esto me recuerda a la vida contemplativa que propone Aristóteles
como la más virtuosa de todas por alcanzar el conocimiento, pero vista desde
esta perspectiva del Zhuang Zi podríamos añadir el conocimiento por medio de la
praxis. Que la vida contemplativa también esté sumergida en una relación con el
mundo. Aristóteles define la felicidad como una actividad del alma, es por esto
que desde esta interpretación, la contemplación podría ser expuesta como una
actividad inmersa en la naturaleza. Sería razonable una vida virtuosa que
pretendiera alcanzar la felicidad, y que el conocimiento no
sea sinónimo de esta, el conocimiento no debe ser un fin en sí mismo.
Conocimiento entendido como un medio para la vida, actividad incesante. Que la
naturaleza nos vaya sorprendiendo con sus transformaciones en
el ámbito práctico una vez que conocemos los principios. Se
trata de la vida teórica puesta en marcha como mecanismo para entender la
naturaleza, para disfrute de la vida. La teoría se ve empujada por la práctica,
ambas pueden ir de la mano sin pisar la una a la otra, puesto que la teoría no
camina por sí sola, está basada en hechos, ni la práctica está por encima de la
teoría. Me parece que Zhuang Zi hace un balance de ambas como fuentes de
enriquecimiento vital. Aristóteles por la argumentación anterior podría ser
enfocado en esta perspectiva asumiendo el modelo de vida contemplativa como la
mezcla homogénea de teoría y praxis, en la theoria también se acaba alimentado
a la técnica, y las virtudes éticas son aprendidas en la medida que van a ser
aplicadas en la práctica, el alma se nutre de las dos para alcanzar la
felicidad.
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