domingo, 12 de abril de 2015

Amongst White Clouds: viviendo entre montañas

En el interior de los montes de Zhongnan se encuentra una serie de monjes budistas que han dedicado su vida a practicar la meditación y el ascetismo. Quien nos presenta este documental es también un practicante que ha decidido volver al mundo pasado para mostrar cómo es el día a día tanto de maestros como de aprendices budistas, y para ello se ha adentrado en los bosques de estas bellas montañas.
El ser humano durante toda su historia ha mantenido siempre una enemistad consigo mismo, cómo confrontan el deber y el querer, el sufrir con el placer... Tal es la enemistad que el hombre se ha creado su propio monstruo y sus propias pesadillas; los sentimientos, pasiones, acciones, deberes, nos enganchan a una mentira que nos envuelve cada vez más en un mundo en el cual no podemos ser libres. Nos mantenemos ocupados durante todo el día con nuestras acciones, cultivando y alimentando un ego que no existe; constantemente reivindicando una realidad que no existe, una realidad que nos empeñamos a moldear y que nos ocupa toda una vida para nada. 

¿Por qué no lo dejas ir? Se preguntan los monjes budistas. Para un budista el yo occidental es el monstruo que no permite que podamos vivir con libertad, las costumbres en sociedad, el afecto por las personas, nos exigen formar juicios de deber y nos divide impidiendo la paz entre uno mismo. Cuando estas viejas costumbres desaparecen, ya no se distingue el amor del odio, el placer del sufrimiento, todo queda olvidado en el monte Zhongnan. Los monjes conviven en casas construidas por ellos mismos, y se alimentan de lo que la naturaleza les ofrecen, no distinguen la acción del reposo; "Con una mente todo se hace mucho más rápido" comenta uno de los monjes, y es que cuando no tienes la mente dividida en tantos problemas que nos proporcionamos nosotros mismos viviendo en la ciudad, es mucho más fácil coordinar la mente y el cuerpo de tal manera que ambos puedan trabajar de forma natural. Cada monje, maestro o aprendiz, vive su vida con respecto a su propio camino, y así nos los dije nuestro aprendiz que hay un monje que sonríe, otro monje que es su guía, otro su amigo, etc. 
Para ellos es muy importante la práctica constante, ven todo lugar de la montaña como un lugar sagrado donde poder practicar el budismo zen. Para ellos no existe el frío, ni el hambre, todas estas emociones y sensaciones que sentimos se desvanecen en ellos gracias a la práctica. La práctica conduce al hombre a actuar y vivir su vida de una forma natural, es decir, a tenerse que enfrentar a las verdaderas preocupaciones que tienen los seres, sobrevivir. Por eso los monjes practican el ascetismo, es decir, comen solamente lo necesario para que sus cuerpos estén bien nutridos, rechazan las ofrendas que les dan las personas de fuera, viven privados de placeres, caprichos, tecnología, y todo objeto innecesario realmente. 

Comentando este documental de forma personal, estos hombres de las montañas son un gran ejemplo de persona, por saber vivir con la naturaleza y no de la naturaleza, porque nos demuestran sin actos que no tenemos por qué seguir destruyendo nuestra tierra para "sobrevivir", ya que ella misma es la que nos proporciona todos los medios para vivir. Olvidar nuestra realidad para poder realmente ser nosotros, ser libres. 


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