El impacto de la filosofía confuciana dio lugar a una enorme
variedad de seguidores, críticos y detractores. Entre ellos, la escuela
legalista y la mohísta no podrían ser más diferentes. Aunque ambas se oponen al
pensamiento del Maestro, lo hacen desde puntos de vista distintos, que suponen
implicaciones muy alejadas entre sí.
Mo Zi es conocido principalmente por su concepto del amor universal. Este concepto del amor
universal hace referencia a un deseo de igualdad entre los ciudadanos. Cuando Confucio
afirma que los humanos, de manera natural, gradan los niveles de afecto que
sienten hacia unos u otros; Mo Zi sostiene que las personas deben preocuparse
unas por otras de igual manera: no importa si esa persona es tu vecino o tu
padre.
En Mo Zi también es importante su punto de vista
utilitarista, que impregna la base de toda su filosofía. Todo está sujeto a un
fin, todo se entiende como orientado a un fin. Además, Mo Zi juzgará las doctrinas
según el beneficio que aporten al pueblo.
El primer aspecto en el que coinciden legalismo y mohismo es
en su desconfianza hacia la idea de la bondad natural del ser humano. Para Mo
Zi, la justicia no es algo innato en los hombres, sino que empieza en la
cúspide de la pirámide social y sólo entonces se desliza hacia el resto de los
niveles: el gobernante debe dar ejemplo a los súbditos. Han Fei, por su parte,
asume que el ser humano es malvado por naturaleza, por lo que la ley debe
castigar severamente a quien la incumpla o recompensar a quien se mantenga
dentro de sus límites.
Mo Zi también defiende que se establezcan el miedo al
castigo y la obediencia hacia los superiores, pero su visión del Estado no es
tan radical como la de Han Fei, que proclama un líder autócrata que mantenga un
firme control sobre la población mediante tres conceptos: la posición de poder,
la técnica y la ley.
Con posición de poder (en chino, shi), Han Fei se refiere a la legitimación del gobernante para
seguir en el poder, ya sea mediante el carisma, la fuerza militar o una
combinación de ambas. La técnica (shu)
hace referencia a la estrategia política, mientras que la ley (fa) tiene el sentido cotidiano que
conocemos. Estos son los tres pilares sobre los que el soberano se apoya en el
modelo de Han Fei.
Otro aspecto en el que Han Fei y Mo Zi difieren es su visión
del progreso: mientras la escuela legalista defiende un progreso necesario e
inevitable en la Historia; Mo Zi no cree en esta idea de destino, sino que
entiende a los seres humanos dotados de libre albedrío y de la capacidad para comprender
(partiendo de los sentidos) y cambiar las circunstancias que los rodean.
A este respecto, Han Fei se adscribe a una concepción del tao que lo entiende como una ley natural
que todo y todos están forzados a seguir, incluyendo a gobernantes, súbditos y
la misma naturaleza. El gobernante ideal será, por tanto, aquel que haga leyes
como si fuera una fuerza imparable de la naturaleza a la que la gente no se
puede oponer o resistir.
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