lunes, 11 de mayo de 2015

Los sistemas de Mo Zi y Han Fei

El impacto de la filosofía confuciana dio lugar a una enorme variedad de seguidores, críticos y detractores. Entre ellos, la escuela legalista y la mohísta no podrían ser más diferentes. Aunque ambas se oponen al pensamiento del Maestro, lo hacen desde puntos de vista distintos, que suponen implicaciones muy alejadas entre sí.

Mo Zi es conocido principalmente por su concepto del amor universal. Este concepto del amor universal hace referencia a un deseo de igualdad entre los ciudadanos. Cuando Confucio afirma que los humanos, de manera natural, gradan los niveles de afecto que sienten hacia unos u otros; Mo Zi sostiene que las personas deben preocuparse unas por otras de igual manera: no importa si esa persona es tu vecino o tu padre.
En Mo Zi también es importante su punto de vista utilitarista, que impregna la base de toda su filosofía. Todo está sujeto a un fin, todo se entiende como orientado a un fin. Además, Mo Zi juzgará las doctrinas según el beneficio que aporten al pueblo.

El primer aspecto en el que coinciden legalismo y mohismo es en su desconfianza hacia la idea de la bondad natural del ser humano. Para Mo Zi, la justicia no es algo innato en los hombres, sino que empieza en la cúspide de la pirámide social y sólo entonces se desliza hacia el resto de los niveles: el gobernante debe dar ejemplo a los súbditos. Han Fei, por su parte, asume que el ser humano es malvado por naturaleza, por lo que la ley debe castigar severamente a quien la incumpla o recompensar a quien se mantenga dentro de sus límites.

Mo Zi también defiende que se establezcan el miedo al castigo y la obediencia hacia los superiores, pero su visión del Estado no es tan radical como la de Han Fei, que proclama un líder autócrata que mantenga un firme control sobre la población mediante tres conceptos: la posición de poder, la técnica y la ley.
Con posición de poder (en chino, shi), Han Fei se refiere a la legitimación del gobernante para seguir en el poder, ya sea mediante el carisma, la fuerza militar o una combinación de ambas. La técnica (shu) hace referencia a la estrategia política, mientras que la ley (fa) tiene el sentido cotidiano que conocemos. Estos son los tres pilares sobre los que el soberano se apoya en el modelo de Han Fei.

Otro aspecto en el que Han Fei y Mo Zi difieren es su visión del progreso: mientras la escuela legalista defiende un progreso necesario e inevitable en la Historia; Mo Zi no cree en esta idea de destino, sino que entiende a los seres humanos dotados de libre albedrío y de la capacidad para comprender (partiendo de los sentidos) y cambiar las circunstancias que los rodean.


A este respecto, Han Fei se adscribe a una concepción del tao que lo entiende como una ley natural que todo y todos están forzados a seguir, incluyendo a gobernantes, súbditos y la misma naturaleza. El gobernante ideal será, por tanto, aquel que haga leyes como si fuera una fuerza imparable de la naturaleza a la que la gente no se puede oponer o resistir.

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