lunes, 4 de mayo de 2015

El nuevo pensamiento después de Confucio por Alejandra Rubio

Este comentario va dirigido a comparar dos pensadores orientales importantes que son, por un lado, Han fei que es el principal representante de la escuela legalista, y, por otro lado, Mozi, siendo el fundador del mohismo. Por tanto, resaltaré lo más significativo de cada uno de estos autores, y, a su vez, contraponiendo sus puntos importantes con la filosofía de Confucio.
Han fei es un filósofo chino importante de la escuela legalista que considera que la naturaleza humana es mala, y que, por tanto, el hombre actúa bien solo bajo el acicate de la recompensa y la amenaza del castigo. Por su parte, afirma que las tradiciones del pasado carecen de valor porque "a medida que las condiciones del mundo cambian se practican principios diferentes". Esa última idea se contrapone con la escuela confuciana, debido a que Han fei fue educado en la filosofía de Confucio, pero decide romper con esto para intentar llevar al extremo una escuela que se adecue a los tiempos nuevos. Este autor sostiene que el Estado debe ser gobernado por medio de un claro y preciso conjunto de leyes,  para explicar qué acciones son las correctas, y, con ello, premiar o castigar, siendo el gobernante quien tiene esta responsabilidad con el pueblo. No necesita ser sobrehumano,  solo precisa conocer el arte del gobierno para encontrar y dirigir un personal eficiente, que cumpla sus órdenes. Aplicando las teorías legalistas se creó un Estado autoritario-militar en el noroeste de China, que pronto dominó al resto del país, siendo el Estado Chin. Sin embargo, esto trajo como consecuencia que el pueblo se revela contra ellos, y las doctrinas legalistas fueron abolidas.
Por otro lado,  Mozi es un filósofo chino de la escuela moista, que, principalmente, rechaza la devoción del confucionismo al pasado, y desarrolló pruebas racionales estrictas sobre la verdad y la utilidad de todas las proposiciones. Para él, la gobernación política debía estar centralizada. Los funcionarios podrían ascender en su organización de acuerdo con los méritos de cada uno, y las normas serían aplicadas con homogénea uniformidad. Su propósito era beneficiar a toda la gente y todas las clases de acuerdo con el amor universal, es decir, una norma que él demostró ser beneficioso para los gobernantes y los gobernados. Por tanto, creía en los espíritus, y en que el Cielo castigaría a los pecadores. Su escuela se organizó como una fraternidad cuasi-militar bajo un Gran Maestro y ejercía el pacifismo a través del dominio de la guerra defensiva y la fortificación. El énfasis racionalista hizo del mohismo, la corriente de mayor orientación lógica en la filosofía china, pero desapareció después de la erradicación por la gran dinastía Chin de las primeras escuelas filosóficas, y sólo hoy está siendo reconocida y apreciada.

             En conclusión, la escuela legalista de Han Fei requiere seguir el recto camino de las leyes para conseguir un Estado ejemplar, aunque, con ello, consigue un Estado autoritario que hace que el pueblo acabe odiando esta escuela. Sin embargo, la escuela mohista intenta establecer como ‘una religión’ para que el Estado se encuentre en paz, y que todos los ciudadanos puedan adquirir el ‘amor universal’ que enseña su disciplina. El símil que tienen estas dos líneas de pensamiento chino, es intentar romper con la filosofía de Confucio, aunque acaban destrozando la suya, e intentando establecer unas tradiciones para que la población se sienta más integrada. 




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