En las Analectas de
Confucio se ven claramente reflejados los principios de la escuela
que le rinde homenaje: Armonía, virtud y equilibrio. No obstante, debe observarse, que al igual que el resto de pensadores, su pensamiento también fue posteriormente manipulado dando una idea un tanto pervertida de lo que supone su pensamiento original.
Confucio es un
pensador mesurado, fiel a las tradiciones, pero no por ello
necesariamente dogmático, si no todo lo contrario. Su búsqueda, es
la búsqueda de la virtud a todos los niveles, a nivel individual y
por supuesto, la virtud en el Estado. La armonía, es decir la ley
del cielo debe estar presente en todo. La ley del cielo y la virtud
estarán siempre en consonancia. Llama la atención que en ningún
momento llega a definirlas, pues al fin y al cabo, son inefables,
pero no porque sean inaprensibles, si no porque sencillamente, su
comprensión es inmediata y está más allá de las palabras.
5.13. Zigong
dijo: «Podemos recopilar los puntos de vista de nuestro Maestro
sobre la
cultura, pero no
es posible oír sus opiniones sobre la naturaleza de las cosas y la
Vía del
Cielo.»
15.41. El Maestro dijo: «Las palabras sirven simplemente para
comunicar.»
En
cuanto a la política, es inevitable encontrar ciertas
similitudes entre las Analectas y la República de Platón.
Confucio,al igual que Platón, ambiciona llevar a la práctica un
estado de gobierno ideal, en el cual gobiernen los más sabios, los
hombres de virtud: los eruditos. Solo la educación lleva a los
hombres a la virtud. Solo un hombre sabio es virtuoso. Solo debe
gobernar aquel que pueda predicar con el ejemplo, el cual será, por
supuesto, el hombre virtuoso. “El gobierno es de los hombres, no
de las leyes”
11.1. El Maestro
dijo: «Antes de ocupar un cargo, los plebeyos deben profundizar
primero
en el
conocimiento de los ritos y de la música, mientras que los nobles
pueden dejarlos para
después. Si yo
tuviera que nombrar funcionarios, elegiría entre los primeros.»
20.3. Confucio
dijo: «Quien no entiende el destino es incapaz de comportarse como
un
caballero. Quien
no entiende los ritos es incapaz de establecerse. Quien no entiende
las
palabras es
incapaz de entender a nadie.»
Asi
pues, vemos como Confucio, elige al hombre sabio sobre el hombre
poderoso. Cuando habla de los caballeros, se refiere en todo momento
a hombres de gran virtud, a la élite moral y no a ninguna suerte de
nobleza natal. Un rey gobierna por su fuerza moral. “El pilar es
la confianza. Su autoridad descansa siempre en su capacidad de
predicar con el ejemplo.
4.23. El Maestro
dijo: «El autocontrol rara vez le lleva a uno a equivocarse.»
12.16. El Maestro
dijo: «Un caballero saca lo mejor de la gente, no lo peor. Un
hombre
del vulgo hace lo
opuesto.»
4.17. El Maestro
dijo: «Cuando veáis a un hombre honrado, intentad imitarlo. Cuando
veáis a un
hombre que no es honrado, examinaros a vosotros mismos [examinad si
tenéis
los mismos
defectos].
Da
tanto valor al conocimiento en lo respectivo a la moral, que en
ocasiones, recuerda a la ética socŕatica: si un hombre se equivoca,
no lo hace por maldad, si no por mero desconocimiento.
4.4. El Maestro
dijo: «Cuando se busca realizar la humanidad, no hay lugar para el
mal.
El
hombre sabio, es solo virtuoso a la manera aristótelica de la
práctica de la virtud, estas virtudes las practica solo porque
conoce la ley del Cielo, porque está en armonía con este, y por
ende, las reproduce. “La educación no tiene que ver con tener,
si no con ser”
20.3. Confucio
dijo: «Quien no entiende el destino es incapaz de comportarse como
un
caballero. Quien
no entiende los ritos es incapaz de establecerse. Quien no entiende
las
palabras es
incapaz de entender a nadie.»
Bibliografía:
Analectas. Traducción de Simon Leys
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