domingo, 10 de mayo de 2015

Confucio: la búsqueda del poder ilustrado.

En las Analectas de Confucio se ven claramente reflejados los principios de la escuela que le rinde homenaje: Armonía, virtud y equilibrio. No obstante, debe observarse, que al igual que el resto de pensadores, su pensamiento también fue posteriormente manipulado dando una idea un tanto pervertida de lo que supone su pensamiento original.
Confucio es un pensador mesurado, fiel a las tradiciones, pero no por ello necesariamente dogmático, si no todo lo contrario. Su búsqueda, es la búsqueda de la virtud a todos los niveles, a nivel individual y por supuesto, la virtud en el Estado. La armonía, es decir la ley del cielo debe estar presente en todo. La ley del cielo y la virtud estarán siempre en consonancia. Llama la atención que en ningún momento llega a definirlas, pues al fin y al cabo, son inefables, pero no porque sean inaprensibles, si no porque sencillamente, su comprensión es inmediata y está más allá de las palabras.

5.13. Zigong dijo: «Podemos recopilar los puntos de vista de nuestro Maestro sobre la
cultura, pero no es posible oír sus opiniones sobre la naturaleza de las cosas y la Vía del
Cielo.»

15.41. El Maestro dijo: «Las palabras sirven simplemente para comunicar.»

En cuanto a la política, es inevitable encontrar ciertas similitudes entre las Analectas y la República de Platón. Confucio,al igual que Platón, ambiciona llevar a la práctica un estado de gobierno ideal, en el cual gobiernen los más sabios, los hombres de virtud: los eruditos. Solo la educación lleva a los hombres a la virtud. Solo un hombre sabio es virtuoso. Solo debe gobernar aquel que pueda predicar con el ejemplo, el cual será, por supuesto, el hombre virtuoso. “El gobierno es de los hombres, no de las leyes”

11.1. El Maestro dijo: «Antes de ocupar un cargo, los plebeyos deben profundizar primero
en el conocimiento de los ritos y de la música, mientras que los nobles pueden dejarlos para
después. Si yo tuviera que nombrar funcionarios, elegiría entre los primeros.»

20.3. Confucio dijo: «Quien no entiende el destino es incapaz de comportarse como un
caballero. Quien no entiende los ritos es incapaz de establecerse. Quien no entiende las
palabras es incapaz de entender a nadie.»

Asi pues, vemos como Confucio, elige al hombre sabio sobre el hombre poderoso. Cuando habla de los caballeros, se refiere en todo momento a hombres de gran virtud, a la élite moral y no a ninguna suerte de nobleza natal. Un rey gobierna por su fuerza moral. “El pilar es la confianza. Su autoridad descansa siempre en su capacidad de predicar con el ejemplo.

4.23. El Maestro dijo: «El autocontrol rara vez le lleva a uno a equivocarse.»
12.16. El Maestro dijo: «Un caballero saca lo mejor de la gente, no lo peor. Un hombre
del vulgo hace lo opuesto.»

4.17. El Maestro dijo: «Cuando veáis a un hombre honrado, intentad imitarlo. Cuando
veáis a un hombre que no es honrado, examinaros a vosotros mismos [examinad si tenéis
los mismos defectos].


Da tanto valor al conocimiento en lo respectivo a la moral, que en ocasiones, recuerda a la ética socŕatica: si un hombre se equivoca, no lo hace por maldad, si no por mero desconocimiento.

4.4. El Maestro dijo: «Cuando se busca realizar la humanidad, no hay lugar para el mal.

El hombre sabio, es solo virtuoso a la manera aristótelica de la práctica de la virtud, estas virtudes las practica solo porque conoce la ley del Cielo, porque está en armonía con este, y por ende, las reproduce. “La educación no tiene que ver con tener, si no con ser”

20.3. Confucio dijo: «Quien no entiende el destino es incapaz de comportarse como un
caballero. Quien no entiende los ritos es incapaz de establecerse. Quien no entiende las
palabras es incapaz de entender a nadie.»


Bibliografía: Analectas. Traducción de Simon Leys

No hay comentarios:

Publicar un comentario